“Cada medio es vibratorio, es decir, un bloque de espacio-tiempo constituido por la repetición periódica de la componente. Así, lo viviente tiene un medio exterior que remite a los materiales; un medio interior que remite a los elementos componentes y sustancias compuestas; un medio intermediario que remite a las membranas y límites; un medio anexionado que remite a las fuentes de energía y a las percepciones-acciones. Cada medio esta codificado, y un código se define por la repetición periódica; pero cada código esta en perpetuo estado de transcodificación o de transducción” (Ritornelo, G. Deleuze).

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Galería Tajamar se encuentra emplazada en un espacio urbano, dotándola así de un carácter escultórico/arquitectónico que interviene la ciudad,  y no tan solo como un contenedor para la exhibición de una obra. Es desde esta perspectiva, donde ANTEDISTANTE busca dialogar con el espectador y su entorno, transformado la percepción del observador en un medio vibratorio mediante la relación distancia/movimiento.

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ANTEDISTANTE se constituye a partir de la superposición a distancia de este adhesivo microperforado, lo cual produce movimiento óptico. Para lograr esto, instalo el vinilo sobre toda la superficie de vidrio desde el interior de la galería, quedando visible hacia el exterior el color negro de su cara adhesiva. Adicionalmente, construyo seis paneles de madera (uno para cada muro de vidrio), los cuales estan también cubiertos con el vinilo, pero con su cara blanca expuesta hacia el exterior. Para lograr el efecto de movimiento óptico, es preciso dejar una distancia de al menos diez centímetros entre el panel y el muro de vidrio.

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En efecto, ya no solo hay distancia entre ambas superficies, sino que se agrega la que naturalmente habrá entre el espectador y la galería. El efecto óptico, entonces, está directamente relacionado con el diálogo que establece el espectador con ANTEDISTANTE al momento de recorrerlo.

 

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